Monumento conmemorativo de las víctimas del terrorismo

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Seguimos con las 100 Medidas de VOX para la España Viva

  1. Creación de un memorial de las víctimas del terrorismo

Define la Real Academia Española en su diccionario la palabra «memorial» como  un libro o cuaderno en que se apunta o anota algo para un fin; y en una segunda acepción como papel o escrito en que se pide una merced o gracia, alegando los méritos o motivos en que se funda la solicitud.

Grupos_terroristas-Terrorismo-Federico_Jimenez_Losantos-Independentismo-Cataluna-Terra_Lliure-Reportajes_296230401_71941143_1706x1280Por memorial en este caso habrá que entender, claro, un monumento conmemorativo de las víctimas del terrorismo, un anglicismo  desaconsejado por la Real Academia Española en su Diccionario panhispánico de dudas. Es cierto que la R.A.E, por desgracia, en muchas ocasiones, ha dejado de comportarse conforme a su clásico «limpia, fija y da esplendor»; admitiendo el uso de palabras y neologismos por la mera influencia de grupos de presión ideológicos, pero no es menos cierto que quien suscribe estas líneas manifiesta y se esfuerza por manifestar respeto a todo aquella institución anterior a la Revolución Francesa, y la Real Academia lo es, de modo que deberemos valorar seriamente la corrección semántica.

En cualquier caso, el fin auténtico de ese «memorial» o «monumento conmemorativo» – y por eso tiene todo su sentido publicar hoy esta personal valoración, noche de la  vigilia pascual – es que su presencia y contemplación por los españoles sirva de recuerdo, ofrenda y actualización del sacrificio de todas las víctimas del terrorismo.

atentado-mjgLa plena y justa satisfacción de las demandas de Memoria, Dignidad, Justicia y Verdad de las Víctimas del Terrorismo no se alcanza simplemente con leyes, y procesos judiciales.

Es preciso que la Nación devuelva – aun no siendo posible hacerlo del todo – a las víctimas del terrorismo todo lo que ellas han dado a la Nación, y ello puede hacerse mediante un monumento conmemorativo permanente – así el Monumento por el Holocausto en Berlín o el Museo Memorial del 11 de septiembre en Nueva York.

Un Monumento que ha de ser permanente expresión de nuestra más firme voluntad de Verdad, Memoria, Dignidad y Justicia:

✅Donde la Verdad no sea manipulada ni pueda depender del partido político o la coalición que gobierne.

✅ Donde la Verdad no pueda ser ni vendida ni transaccionada por la cobardía de ningún gobierno a cambio de obtener el apoyo de las minorías separatistas o  la falsa complicidad del islamismo radical. Nosotros no blanqueamos asesinos, secuestradores, extorsionadores ni blanqueamos a los Recoge Nueces a cambio de una Paz falsa.

✅ Un Monumento que contribuya a elaborar y difundir un relato riguroso de la Verdad y de la Memoria que incluya todas las dimensiones de los crímenes terroristas de ETA, del yihadismo y de cualquier otro tipo de terrorismo.daesh-irak-siria-k3WH--620x349@abc

✅Un Monumento que sirva a la reparación moral de las víctimas.

✅Un Monumento que sea, asimismo, el epicentro de una gran movimiento que permita a los jóvenes españoles, de ahora en adelante, conocer, para siempre, la realidad del terrorismo de ETA en España o del terrorismo yihadista.

Como muchos sabrán tengo cuatro hijos, pequeños. Gracias a Dios, no han vivido en persona asesinatos de la banda terrorista ETA – aunque sí han conocido el terrorismo yihadista en nuestra amada ciudad de Barcelona, y han visto el terrorismo callejero de las hordas separatistas CDR´s y demás -. Pero sí sufren las consecuencias de cerrar en falso y sin respeto a las víctimas del terrorismo el tema de ETA y sus beneficiarios, los recoge nueces y otros más.

Es imprescindible que los españoles, todos, los de ahora y los del futuro, honremos con la lealtad de nuestra conducta, pero también con los merecidos reconocimientos y homenajes públicos, la memoria de todos los que han ofrecido su vida por una España mejor; por la defensa de los derechos y libertades civiles, y la convivencia en España como una sana comunidad nacional.

✅Que nuestros hijos sepan que en España no hubo ningún conflicto armado, ni siquiera antes de la aprobación de la Constitución de 1978; que el terrorismo creció y se fortaleció  en medio de la transición democrática, que los españoles construyeron un modelo de país a golpe de atentado terrorista (así podrán entender muchas injusticias de hoy) y que aún hay hoy quienes se han aprovechado políticamente de las muertes, secuestros y extorsiones por parte del llamado Movimiento Nacional de Liberación Vasco. ENdATzPXYAEn0PM

✅Que nuestros hijos aprendan el valor del sacrificio y la inmoralidad e indignidad de consensuar verdades y relatos con los sucesores de los asesinos; o sus promotores, o beneficiarios políticos.

No hay paz sin verdad. No hay paz sin justicia. La Paz es la tranquilidad en el orden.

Es una historia de víctimas y asesinos, de buenos y malos, de dignidad e indignidad, de justicia e injusticia. La política tiene un eminente valor y finalidad moral. Lo bueno y lo malo, lo bello y lo feo, lo justo y lo injusto, lo verdadero y lo falso. Existen como categorías intelectuales, y existen en la realidad.

Nuestra función es que no quede en el olvido.

Globalismo y virus

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Os dejo aquí el artículo publicado en La Gaceta de la Iberosfera el pasado 29 de diciembre:

El pasado 3 de diciembre, el periódico “The Economist” publicaba un artículo en que, haciéndose eco de una serie de estudios sobre cómo estaba afectando la pandemia a los trabajadores, empleados y gestores de las empresas, concluía que “si los empleados trabajan de forma remota y ya no van a vivir en caras y grandes ciudades, las empresas no necesitan pagarles tanto”.

A mitades del pasado mes de marzo, todos los Estados de Europa acordaron conforme a sus normas constitucionales –salvo en España, donde el Gobierno adoptó un estado de excepción encubierto en la declaración de alarma con manifiesta infracción de la ley constitucional– medidas severísimas sobre los derechos fundamentales y las libertades civiles, cierre de fronteras, limitación de actividades e, incluso, confinamientos forzosos en domicilio y cierres generales de amplios sectores de la economía.

En lugar de indagar las responsabilidades de la China comunista en la expansión mundial del coronavirus o de preguntarnos sobre la fragilidad de nuestros sistemas democráticos, o incluso de reflexionar con profundidad sobre el origen profundo de la pandemia y de su rápida difusión, la respuesta de las élites globalistas ha sido aprovechar la situación para acelerar la ejecución de sus objetivos: la imposición a nivel mundial de un modelo de hombre sin identidad, sin raíces, sin relaciones humanas auténticas; y unas naciones disueltas en el magma viscoso de la gobernanza mundial, donde quienes gobiernan no son elegidos por los ciudadanos ni pueden ser cesados por estos. La Unión Europea a la cabeza de estos objetivos globales.

La respuesta de las élites globalistas ha sido aprovechar la situación para acelerar la ejecución de sus objetivos: la imposición a nivel mundial de un modelo de hombre sin identidad, sin raíces, sin relaciones humanas auténticas

Bajo el paraguas de la “digitalización” de los procesos productivos, las fuerzas globalistas pisan el acelerador. La situación es ideal: los confinamientos, cierres de sectores de actividad, limitaciones a la movilidad urbana, y el pánico sanitario extendido por las agencias gubernamentales e internacionales dibuja un paisaje en el que el pequeño comercio es arrasado por las grandes multinacionales de la logística y la compra por internet de forma que miles de pequeños propietarios, dueños de sus negocios, de su tiempo y de su riesgo, son sustituidos en masa y a una velocidad insospechada hace solo doce meses por una  multitud de trabajadores temporales que prestan servicio a multinacionales globalistas.

Al mismo tiempo, en cientos de miles de empresas se impone por los Estados el teletrabajo. No es una decisión adoptada por el empresario o por el empresario junto a sus trabajadores en interés común respondiendo a una necesidad del servicio, o del cliente; sino una imposición coactiva del poder público, que limita aforos, prohíbe viajes, o directamente limita la libertad económica en determinados sectores.

Ese trabajador pierde con el teletrabajo todo contacto con la realidad, toda relación verdaderamente humana – por personal, física, directa – con su empresa, sus compañeros, clientes, proveedores; con el camarero que le servía el primer café de la mañana o el que le atendía a la hora de comer. El teletrabajador se limita a ser un sujeto que produce; descarnado, desarraigado. En este teletrabajador no hay ya solidaridad ni compañerismo, ni puede haberlo, porque ha sido encapsulado en un área sanitaria libre de contactos. Es productividad pura.

En el teletrabajador no hay ya solidaridad ni compañerismo, ni puede haberlo, porque ha sido encapsulado en un área sanitaria libre de contactos

Las gobiernos locales o regionales insisten en sus campañas. No tengas contacto con gente. No salgas. No te abraces. No le des la mano a nadie. Restringe tus contactos, incluso en el seno de la familia.

El escenario es dantesco: millones de europeos se han ido directamente al paro. La caída del PIB de los países occidentales nos retrotrae a los tiempos de la segunda guerra mundial. Otros cientos de miles (pequeños propietarios del sector ocio, turístico, hostelería y pequeño comercio minorista) están siendo sustituidos por un ejército de trabajadores temporales —ahogados en Europa por una creciente presión inmigratoria— para empresas multinacionales que trasladan sus beneficios y sus impuestos a sus sedes en terceros países. Y otros cientos de miles de trabajadores han pasado a engrosar la lista de los “teletrabajadores”, encerrados en sus domicilios, sin contacto con la realidad, metidos en esa diabólica y perversa rueda de trabajar de 9 a 9, 6 días a la semana, consumir televisión o internet como medio de “evasión”; es decir, evadirse de lo virtual, con más virtualidad.

Y todo eso se impone por las élites con la rotundidad de una ley física inamovible. La excusa sanitaria es perfecta: si no lo haces, estás fuera del mercado. Si no aceptas las nuevas reglas, puedes ser tachado de negacionista, incluso. Y no hay nada bueno en todo esto. Y no hay ninguna ley inexorable que nos imponga eso como un absoluto, ni divina ni humana. Es la ley de las multinacionales globalistas y de las élites que nos quieren aborregados: sin vida personal, sin relaciones humanas, sexo virtual, amor empaquetado en una aplicación, comida a domicilio porque tienes que seguir produciendo, a todas horas. No se mueva usted de casa, ya se lo traemos.  

Es la ley de las multinacionales globalistas y de las élites que nos quieren aborregados: sin vida personal, sin relaciones humanas, sexo virtual, amor empaquetado en una aplicación

Y encima, las élites concluyen que como el teletrabajador está en casa y no gasta en trayectos y ya no quiere vivir dentro de la ciudad en un piso de 40 metros cuadrados asfixiándose, ha de cobrar menos. No se les ha ocurrido pensar que como la empresa se ahorra costes de alquileres, préstamos hipotecarios, suministros en la sede y demás, quizás conviene lo contrario: mejorar las remuneraciones para que ese teletrabajador salga de casa, conozca a una chica (o un chico en caso de ser teletrabajadora), se rocen, se sientan, hablen, se abracen, se amen, formen una familia y tengan un hijo fruto del amor. No. Eso no se les ha ocurrido. Porque entonces ese teletrabajador ya tendrá otras prioridades: su familia, su seguridad, su libertad, su patria.

Jorge Buxadé es vicepresidente del Área Políticade VOX y jefe de la delegación de VOX en el Parlamento Europeo

Batalla global

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Vox no va a combatir a la izquierda con sus mismas armas, ni en todo ni en parte. Las armas de Vox se llaman sentido común, y sentido social y nacional de las cosas.

Los partidos de izquierda, desde mayo del 68, en toda Europa, renunciaron a dos banderines de enganche: la defensa de los intereses y necesidades de los trabajadores, y la conciencia de nación.

Decidieron en ese momento cambiar de “enganches” políticos para iniciar una política de “identidades y colectivos”: feminismo, ecologismo, inmigracionismo, animalismo, y en la última fase, los movimientos del género; todo movimientos “transversales” donde lo familiar, lo social y lo nacional son circunstancias irrelevantes; porque en realidad su objetivo es demolerlo todo.

De este modo la izquierda se convirtió en el principal aliado de las grandes multinacionales que solo tienen un objetivo: globalizar los hábitos de consumo, globalizar la producción y los beneficios, ahorrar en mano de obra; eliminar la normativa nacional protectora de lo propio, eliminar la defensa sindical de los trabajadores, por poner ejemplos.

Por eso, en todo el mundo ya no hay un enfrentamiento entre izquierdas y derechas en el sentido clásico; sino entre patriotas y globalistas. Lo hemos visto en el asunto de George Floyd cuando las multinacionales se han aliado con los movimientos terroristas antifa.

Tanto unos como otros quieren un mundo sin Estados-Nación. Tanto unos como otros responden al mismo concepto de ser humano: un individuo aislado, que se autodetermina y autoafirma cada mañana, en lo sexual, en lo familiar, en lo social; desarraigado, sin memoria y sin tradición. Ese individuo que proponen rechaza todo lo que le viene dado: la familia y la nación; es un individuo aislado. El blanco perfecto para las grandes corporaciones que le colocan sus productos, aunque no los necesite: el perfecto consumidor.

En Vox creemos que la persona, el ser humano es otra cosa: no es un individuo aislado sino un ser en relación con su pasado, su tradición, sus costumbres, historia, familia, sus instituciones democráticas, su nación. En VOX sabemos que la familia o la nación forman una parte esencial de lo que cada uno somos, y son cosas buenas, que conviene preservar, y fortalecer. Sabemos, porque lo dice el sentido común, que la felicidad no está en autodeterminarse cada día y consumir cualquier cosa aunque sea más barata sino en ser lo que uno es, en sentirse miembro de una familia o de una patria, que es garantía de derechos y te protege cuando van mal dadas.

La izquierda ha engañado al trabajador español y le ha dejado solo, desamparado y desarraigado, para que sea un mero consumidor. Los intereses son comunes: a los partidos de izquierda les conviene un ciudadano acrítico que consuma la basura intelectual que propagan en los medios y redes sociales; y a los grandes conglomerados, les conviene un ciudadano que sacie su sed de libertad y felicidad consumiendo cosas y servicios, en muchas ocasiones innecesarios.

Ya no defienden al trabajador español frente a sus problemas reales: búsqueda de empleo; empleos dignos, conciliación real del trabajo con la maternidad, vivienda, seguridad en las calles, competencia ilegal de productos y servicios extranjeros, inmigración ilegal.

Sus banderines de enganche están alejados de la realidad biológica (género), de la realidad física (calentamiento global frente a protección del medio natural) o de la realidad histórica (verdad oficial frente a libertad de pensamiento).

Y por eso, más que nunca, los intereses del trabajador están íntimamente unidos a los del autónomo y del pequeño o mediano empresario, a la defensa de la propiedad privada, de los sectores primario e industrial, del mundo rural, y de la libertad de empresa; todos ellos amenazados por movimientos mundialistas que globalizan ideas destructoras del orden político, miseria intelectual y control social.

Lo Nuestro Primero

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La crisis del Coronavirus, la emergencia de salud que ha colapsado nuestros sistemas de respuesta sanitaria, y la emergencia económica que amenaza con destruir nuestro tejido productivo, ha puesto de manifiesto, con crudeza, una realidad que ya veníamos denunciando: que los gobiernos socialistas y populares han sacrificado la capacidad industrial y han aumentado la dependencia de terceros países como China, el fracaso de la deslocalización de empresas, la ineficacia e insolidaridad innata del Estado de las Autonomías, y la traición de los partidos de “izquierda” a los intereses reales de los trabajadores, y autónomos de España.

Los perdedores de la crisis son los perdedores de la globalización: son los cientos de miles de españoles que no pueden acudir al teletrabajo (comercio minorista, sector de restauración, hostelería ) o que, más aún, dependen del presupuesto público porque los sucesivos gobiernos de España no han sabido establecer las condiciones para la creación de empleo y que, además, ven como deben disputar las ayudas sociales con cientos de miles de extranjeros que residen ilegalmente en España.

La “izquierda” hace ya muchos años que dejó de interesarse por los trabajadores españoles. Desde mayo del 68 en toda Europa, el izquierdismo, luego derrotado con la caída del telón de acero, se ha refugiado en posiciones identitarias instrumentalizando “colectivos” sociales en su praxis de confrontación social (feminismo, género, racismo, inmigracionismo, ecoradicalismo o animalismo) son las sucesivas banderas que ha ido levantando la izquierda. Banderas imaginarias y artificiales en muchos casos, alejadas de los problemas reales de los españoles de a pie, que producen un efecto social directo, que es la confrontación y otro indirecto, cual es oscurecer u ocultar la situación real: una economía nacional cada vez más débil, con menor capacidad industrial, una economía de servicios que languidece y está sobreexpuesta a cualquier crisis; ya la del 2008, ya ésta que se nos viene encima.

Nuestra artesanía tradicional en peligro; Talavera de la Reina

En la campaña de las europeas yo repetía que la Unión Europea ha convertido España en el parque de atracciones de los europeos. Pues la crisis nos ha dado por desgracia la razón.

En esa estrategia la izquierda ha contado con un gran aliado: las grandes corporaciones mundialistas, que buscan en su propio interés, la desaparición de las fronteras, la uniformización a la baja de los sistemas de protección social, la reducción constante del “precio de la mano de obra”.

¿Qué ha hecho la ultraizquierda para ocultar la crisis económica que en todo el mundo amenaza a las clases medias? Convertir un caso concreto de una detención policial en Mineápolis en un conflicto global. ¿Quién lo ha secundado con alborozo publicitario? Las grandes multinacionales.

El trabajador, el autónomo, el pequeño y mediano empresario se encuentran desprotegidos. En VOX queremos representar sus intereses. No tenemos ni servidumbres económicas ni ideológicas. Es el sentido común. No es admisible que para sostener un mastodóntico estado autonómico la clase media sea esquilmada a impuestos; no es admisible que para seguir alimentando todos los chiringuitos del género, feministas, animalistas o ecoradicales, el Estado necesite, cada vez más, devorar las economías familiares.

La Alternativa Social y Patriótica consiste en poner al español en el centro de la política. Pero al español concreto: a todos los fernández, pérez, seijas o raventós. Consiste en dejar de hacer política para los políticos, para los partidos, para los territorios, o para los colectivos y empezar a hacerla por el español de carne y hueso; el que se ha quedado sin empleo, el que no puede acceder a una vivienda a pesar de tener empleo; el que, queriendo, no puede fundar una familia.

Alternativa Social y patriótica es denunciar que la verdadera brecha, el muro casi infranqueable que nuestra sociedad ha impuesto a las mujeres, es el de la maternidad.

Alternativa Social y patriótica es que las Administraciones, cuando hagan concursos públicos piensen preferentemente en esa responsabilidad nacional, apartándose de los regionalismos insolidarios y de una mal entendida libre competencia con terceros países, que no es sino desleal e injusta competencia en muchos casos; y piensen en las empresas y trabajadores españoles.

Alternativa Social y patriótica es reclamar permanentemente justicia para nuestros agricultores, pescaderos y ganaderos frente a los cupos, las cuotas, y la competencia ilegítima – y a veces ilegal – de terceros países.

Alternativa Social y patriótica es fomentar la solidaridad entre españoles y no su enfrentamiento, garantizar la movilidad geográfica en toda España de funcionarios, la equiparación salarial entre policías, fortalecer nuestros sectores estratégicos, proteger de verdad – y no con pasquines y performances – nuestro medio natural, nuestro sector agrario y pesquero.

Alternativa social y patriótica es defender los derechos de los trabajadores del campo del gibraltar, exigir el respeto a la ley de extranjería, vigilar las fronteras y ser rigurosos en las aduanas para impedir la entrada de productos que compiten ilegalmente con los nuestros.

En fin, LoNuestroPrimero.

Por Europa, de Robert Schuman

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Robert Schuman, católico luxemburgués, fue nombrado en 1946 Ministro de Finanzas de Francia, luego Jefe de Gobierno y Ministro de Asuntos Exteriores. Promotor de la creación de la Comunidad Europea del Carbón y del Acero, antecedente próximo de la Comunidad Económica Europea, fue un firme defensor del movimiento europeo. Éste fue el único libro que escribió; ya retirado de la vida política activa.

Tras casi un año como eurodiputado he aprovechado los últimos días de Fase II para proceder a su lectura, en versión editada por Ediciones Encuentro, con prólogo de Marcelino Oreja.

La lectura de la obra pone de manifiesto, sin especial dificultad, que lo que Schuman pensó e ideó no tiene nada que ver con el mastodonte burocrático al servicio de los intereses de las oligarquías en que se ha convertido la Unión Europea. En realidad, los federalistas actuales, los defensores de unos Estados Unidos de Europa, en que el poder real se halle en Bruselas – que entre los parlamentarios españoles son amplia mayoría entre populares, socialistas y liberales según se les escucha y sobreentiende – son manifiestamente traidores al espíritu fundacional de ese movimiento europeo, que se desgrana en este ensayo de Schuman, recopilación de sus principales discursos e intervenciones.

Basta una cita literal:

«No se trata de fusionar Estados, de crear un súper Estado. Nuestros Estados europeos son una realidad histórica; psicológicamente, sería imposible hacerlos desaparecer. Su diversidad es incluso muy afortunada y no queremos ni nivelarlos ni igualarlos».

Fin de la cita. Pido sentencia conforme a Derecho, señoría.

Los llamados «europeístas» no son sino traidores del «proyecto europeo». Quieren construir una Europa contra Europa; contra sus raíces cristianas, contra sus Estados Nación, contra su cultura y sus tradiciones. Quieren una Europa sin identidad, sin historia, sin tensión.

Ellos están destrozando el proyecto europeo, con su desenfreno demencial hacia el súper Estado. Acumulan crisis tras crisis pero siguen ufanos en su proyecto destructivo. Hay que combatirles. Nos va Europa en ello. En Europa, ¡por España!

Juana y los poshumanos, de Fabrice Hadjadj

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Como indica la contraportada de la edición de Homo Legens, Frabrice Hadjadj traslada al lector a la «Democracia Mundial», un régimen distópico fundamento en el rechazo de la carne y la exaltación del espíritu.

Una breve obra de teatro que se desenvuelve en el marco de un interrogatorio – entrevista – entre sus personajes: Joan, Vito 663, Corolla 47.

Un mundo al que nos acercamos vertiginosamente, una Democracia Mundial en la que el pueblo no gobierna sino que es directamente tiranizado; un mundo donde el coito está prohibido, donde el «nacimiento» es sustituido por una «producción libre de defectos», y donde el hombre no es libre para darse la vida, pero sí para «darse muerte»; un mundo donde el suicidio es abolido y sustituido por una «renuncia anticipada». +

En la Democracia Mundial ya nada tiene significado; todo son significantes cuyo contenido es reinoculado socialmente por los «delineantes» de ese nuevo mundo en que lo sensitivo, los abrazos, los besos, las caricias, los escalofríos, el dolor, la pasión y la emoción desbocada han desaparecido.

Dice el autor que todo empezó con la destrucción de la familia. Y que la familia fue destruida con la clásica estrategia del Caballo de Troya: el teléfono móvil inteligente. Esa máquina infernal fue desarraigando al hijo del padre, al esposo de la esposa, a los hermanos entre sí. La maquinita permitía todos los deseos aunque esos deseos fueran virtuales, irreales, «espirituales», descarnados; desde las amistades, hasta las relaciones sexuales. OIP (1)

Extraordinario libro editado por Homo Legens. Pero inquietante. Nueva Normalidad, Gobernanza Mundial, un mundo sin abrazos, sin apretones de manos, sin besos, sin relaciones sexuales, un mundo en que los niños van a clase on line, y viven totalmente embebidos en sus tablets y móviles; un mundo de confinamientos donde el Otro es un Enemigo del que debemos alejarnos, distanciarnos, separarnos, porque Contagia. El Otro mata, se nos dice; esperad a nuestra Vacuna, se nos exige. Y mientras, ¡desarraigaos de todo aquello que os hacía humanos! ¡Empobreceos para haceros vulnerables y depender de los delineantes!

Pero no podrán. Subestiman la Verdad. Los delineantes actúan con la soberbia del que se cree inexpugnable.  Un mundo poshumano, que es esencialmente antihumano, inhumano.

La humanidad es cuerpo y alma, materia y espíritu; parirás con dolor, trabajarás, amarás, llorarás, te embriagarás, sufrirás, y al final de la vida, agotado, pasarás cuentas de cómo amaste.

 

 

El Gobierno Mundial

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(Artículo publicado en ABC el 26 de abril de 2020)
El pasado 12 de abril, Bill Gates, firmando como copresidente de la Fundación Bill & Melinda Gates, colocó un artículo en El País, a propósito del Coronavirus de Wuhan. A Bill Gates la inteligencia se le presume; y la astucia se le intuye. El artículo gira en torno a tres ideas que aparentan veracidad pero no son sino argumentaciones para persuadir de las bondades de su producto: la Gobernanza Mundial.

Primera idea, el coronavirus de Wuhan no discrimina fronteras y por eso la decisión de los Estados de cerrar fronteras es ridícula; un mantra que repite el pensamiento progre aun cuando se multiplicaban exponencialmente los casos de contagio y muerte, y es una falacia argumental en toda la regla.

Lo que se dice del Coronavirus de Wuhan bien podría decirse de cualquier virus, y sin embargo, hemos llegado hasta este punto de la historia de la Humanidad y la civilización occidental gracias a las naciones; nunca sabremos qué hubiera sucedido si en la fase de propagación del virus las fronteras no hubiesen permanecido generosamente abiertas, incluso para quienes transitan ilegalmente entre países; y tampoco el Coronavirus discrimina por razón de los ingresos y no por ello la solución es que los multimillonarios globalistas donen todos sus bienes a los menos favorecidos. ¿O sí?

Más aún, el sentido común nos lleva a concluir que cualquiera que no hubiera perdido el juicio propondría que, en el futuro, los Estados sean más respetuosos consigo mismo, y los controles en fronteras a personas y bienes se reestablezcan o intensifiquen a fin de proteger la vida, la libertad o la seguridad de los propios, y de los ajenos.

La falacia máxima del argumento de Gates es la que contrapone fronteras cerradas a falta de protección. ¿Qué sentido sino tiene el confinamiento coactivo al que el Estado nos somete? Para Gates es bueno que las familias estén confinadas pero las fronteras deben estar abiertas. El mito de las sociedades abiertas es un artificio argumental para consolidar las ganancias de los vencedores de la globalización.

Segunda idea, se hace precisa una Estrategia Mundial. Infalible lo de colocar una palabra fetiche: Estrategia. Si no tienes una Estrategia bien diseñada en una Agenda que quepa en una página con gráficos y colores, eres un pobre desgraciado.

En realidad, lo que quiere decir Gates es que nuestros Parlamentos soberanos deben someterse a las decisiones de la Organización Mundial de la Salud – en lo sanitario – ,o del Banco Mundial – en lo financiero –, o de la Organización Mundial del Comercio – en lo mercantil -; por nuestro propio bien, porque somos incapaces y no sabemos gobernarnos, y estos organismos de burócratas con el apoyo financiero de unos cuantos filántropos como él resolverán todos nuestros males y nos llevarán a ese magnífico paraíso del crecimiento constante, el desarrollo sostenible, la biotecnología, la rentabilidad y la productividad. Es la Gobernanza Mundial impuesta a golpe de pandemia.

Nada hay de lógico en lo que dice. Convendremos todos que es razonable que los Estados-Nación cooperen voluntariamente pero irrazonable que la Organización Mundial de la Salud, que ha demostrado una clamorosa y peligrosa connivencia con las autoridades comunistas chinas y una flagrante incapacidad para afrontar eficazmente el peligro, sea quien ahora vaya a liderar la solución mundial a la pandemia.

Cierto que la obtención de una vacuna depende de los científicos y los laboratorios; frase digna de Pero Grullo. Pero nada más. Aún está por dilucidar la responsabilidad de China en este asunto, y el origen real del Coronavirus; y si su origen puede deberse a trabajos científicos de cualquier naturaleza. La ciencia no tiene infalibilidad divina, y al ser obra humana, debe quedar sujeta a principios morales innegociables.

Cuarta idea, y para Bill Gates la más importante. No hace falta que pensemos: la OMS, el Banco Mundial, la Organización Mundial del Comercio, UNICEF, la Coalición para las Innovaciones en Preparación para Epidemias (CEPI) que fundó él en 2017; y la Alianza Mundial para las Vacunas e Inmunización (GAVI), ya se encargan de todo, y sólo necesitan que les ingresemos casi 10.000 millones de dólares.

La Coalición para Innovaciones y la Alianza Mundial para las vacunas son organizaciones que desarrollan con ingentes cantidades de dinero (fondos privados pero también públicos) actividades loables como la investigación en vacunas, y la promoción de su uso pero ni son asépticas ideológicamente ni permeables a la democracia. GAVI está dirigida por un Consejo de 18 miembros, donde UNICEF, la OMS, el Banco Mundial y la Fundación Bill y Melinda Gates tienen asientos permanentes; y tiene como línea programática la ejecución de los llamados Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, así como la Estrategia Global para la salud de las mujeres, niños y adolescentes 2016-2030 que vincula la vacunación a implementar en los países de desarrollo políticas de planificación familiar, control de natalidad, y políticas de género. ¿qué tiene que ver eso con combatir las pandemias infecciosas?

Esto es, si los Estados en vía de desarrollo aceptan la agenda de la planificación familiar y el género, el control de natalidad y el feminismo radical, tienen vacunas. En otro caso, se ponen a la cola.

Planificación y eugenesia. La ciencia y la filantropía al servicio de la deconstrucción cultural, social y espiritual de las naciones. Eso es el mundialismo y la gobernanza mundial y no tiene nada que ver con la cooperación entre Estados y la investigación científica. En realidad, cuantos más proyectos de investigación haya mejor, y el problema es que en España, y en toda Europa, hemos subcontratado nuestra investigación y capacidad industrial a China y a estos conglomerados público-privados concentrando en ellos todo el poder.

Termina Gates su artículo con una frase tan aterradora como ridícula: a los seres humanos no nos unen sólo unos valores y unos lazos sociales comunes; sino que estamos conectados biológicamente por una red de gérmenes microscópicos. Dos mil quinientos años de civilización no pueden acabar en una coalición de gérmenes microscópicos.

Tengo una firme creencia en la democracia parlamentaria, en las naciones, y en la dignidad del ser humano; y la gobernanza mundial me aterra porque quiere destruirlas. Y me aterra que izquierdistas y globalistas aprovechen la pandemia del Coronavirus para imponer sus Agendas.

Declaración del Grupo ECR con motivo del 9 de Mayo

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Mañana, 9 de Mayo, se celebra el Aniversario de la llamada Declaración Schuman, el renombrado Día de Europa, que para la práctica totalidad de intérpretes constituye el antecedente próximo de las llamadas Comunidades Europeas y de la actual Unión Europea.

Con tal motivo, el Parlamento Europeo ha pretendido promover una Declaración institucional común de todos los grupos parlamentarios; si bien, como sucede también en Ayuntamientos, Comunidades Autónomas o Cortes Generales, la voracidad del totalitarismo progre – que pretende imponer sus prejuicios y valoraciones partidistas convirtiéndolos en una Verdad Oficial Proclamada – y su soberbia – que les impide admitir que una parte considerable, cada vez mayor, de los ciudadanos europeos rechaza su comprensión de unos Estados Unidos de Europa sujetos a la Gobernanza Mundial de lobbies y agencias de la ONU – lo ha impedido.

Por ello, el grupo en que se integra VOX, el Grupo de Conservadores y Reformistas Europeos, ha aprobado su propia y alternativa Declaración, que reproduzco:

Imagen 1

Declaración del Grupo ECR sobre el

70 aniversario de la Declaración Schuman

Con ocasión del 70 aniversario de la Declaración Schuman, se nos ofrece la importante oportunidad de hacer balance y reflexionar sobre el camino que ha seguido Europa desde 1950.

La idea de unas naciones soberanas cooperando juntas libremente en el marco de una asociación libre, en la que se preserva su independencia, y a su vez se facilita su cooperación, era y sigue siendo, una idea noble y ambiciosa.

Durante muchos años, esta cooperación ha generado grandes beneficios para las naciones y pueblos de Europa.

Se construyeron unas instituciones y se estableció una base jurídica que ha permitido a los estados soberanos trabajar juntos en igualdad para la consecución de objetivos comunes donde ha habido intereses compartidos. El creciente sentimiento de solidaridad hizo que se pasara de siglos de desconfianzas a construir fuertes lazos de amistad, y con ello, la creación de un marco estable que ha permitido el fortalecimiento de la libertad, la democracia y la prosperidad.

Tras la caída del comunismo, el continente europeo se unió para dar forma a este proyecto común, que en aquella época era esperanzador.

No obstante, se ha traicionado esta noble ambición.

En los últimos años, aquel ideal ha sido sobrepasado por una determinada ideología. Para una buena parte de las élites europeas en Bruselas, así como en algunas capitales nacionales, la cooperación entre estados soberanos en pie de igualdad como miembros de una comunidad europea no ha sido suficiente, y pretenden someter a las naciones de Europa en el marco de un estado federal centralizado.

La Unión Europea ha perdido el rumbo en su afán por tener cada vez más poder a expensas de los Estados Miembros, y se ha ido alejando cada vez más de los ciudadanos. Asimismo, ha fallado a la hora de enfrentar las crisis económicas, migratorias, de seguridad, de salud, y sociales actuales. Con ello, los ciudadanos europeos cuestionan cada vez más su valor añadido, y ven con mayor escepticismo y preocupación sus actividades.

Nunca antes el futuro a largo plazo de la Unión ha sido tan incierto.

Todo ello evidencia que no podemos seguir por el mismo camino. Las diferentes crisis a las que hemos hecho frente deben abrir paso a un período de reflexión sobro el futuro de Europa. Es necesario un nuevo enfoque, que rechace los repetidos mantras federalistas del pasado que creen que todos los problemas que tiene la Unión Europea se deben a que tiene poco poder. Es ahora, cuando todos los que creemos en una comunidad europea de estados soberanos, nos unamos y demos un paso al frente para dejar claro que ha llegado el momento para el nacimiento de una nueva Europa.

Ha llegado el momento de una nueva Europa. El proyecto de someter a los Estados miembros a las decisiones caprichosas de autoproclamadas élites, sin control democrático, está a punto de fenecer.

Sobre la soberanía popular, de Joseph de Maistre

Desde hace bastante tiempo, y lo he escrito en este blog en anteriores ocasiones, sigo a rajatabla dos reglas invariables en la lectura: combinar lo antiguo y lo nuevo; el ensayo y la novela, el teatro o la poesía. Para no embotar el cuerpo ni el espíritu.

Tras acabar la lectura de ese «Pensar lo que más les duele» que os traía hace unas horas, me lancé a por este «anticontrato social» escrito por Joseph de Maistre, uno de los grandes inmortales; testigo de la Revolución Francesa y de las  atrocidades que al grito de libertad, fraternidad e igualdad perpetraron los revolucionarios franceses.

Joseph de Maistre se enfrenta él sólo contra Rousseau, Voltaire y los enciclopedistas, contra esos filósofos que encumbrados en su «razón» consideraron que podían «diseñar», «dibujar», «programar», «construir» un futuro mejor, prescindiendo de las tradiciones, costumbres, religión, y de todo lo que el hombre había construido durante siglos. Y vaya si lo hicieron. También hoy vivimos revolucionarios.

Y también las revoluciones de hoy son la consecuencia de un pensamiento destructor elaborado en Universidades, estudios científicos y culturales, durante todo el siglo XX. Y con de Maistre podemos igualmente repetir doscientos años más tarde que «antes de mostrarnos cómo educarán a nuestros hijos, dígannos cómo les daremos de comer».

De Maistre destroza a Juan Jacobo Rousseau con una exhibición de erudición clásica, sentido común y respeto a las tradiciones e instituciones pergeñadas por la civilización durante siglos.

Una obra magnífica de la ciencia política necesaria para desentrañar los motivos profundos de las pretensiones totalitarias del consenso progre imperante que nos dice qué debemos pensar, o comer, o sentir; que censura nuestras opiniones arraigadas en las costumbres inmemoriales, que nos exige una adhesión superior a sus principios que la adhesión que reclama ningún credo religioso.

Un enorme grito de libertad frente a los que quieren diseñar mundos perfectos que acaban en derramamientos profundos de sangre: la ilustración enciclopedista acabó degollando en La Vendée, del mismo modo que la soberbia intelectual del Capital acabó en los campos de Katyn o de Paracuellos.

 

Pensar lo que más les duele, de Adriano Erriguel

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Sigo en esta mañana de sábado con estas breves referencias a mis lecturas de este confinamiento. Homo Legens nos trae este «Pensar lo que más les duele», de Adriano Erriguel; bien editado, cómodo para la lectura.

Un ensayo «metapolítico», como se subtitula la obra, que es pura disidencia, directo ataque a la línea de flotación del «marco discursivo» imperante. El autor insiste en una idea central: lo que la derecha política denomina «marxismo cultural» es más bien el resultado de la alianza estratégica del populismo de izquierdas, empeñado en la deconstrucción cultural, social y espiritual de las naciones occidentales, viejas o nuevas; y el neoliberalismo radical, que confluyen en una mezcolanza de intereses comunes: sociedades abiertas, inmigracionismo, globalización y organizaciones internacionales mundialistas frente a Estados soberanos; estatismo frente a la fortaleza de las comunidades naturales como la familia o la nación; deslocalización.

La obra se distribuye a modo de ensayos superpuestos con lo que – única crítica – se incurre en numerosas repeticiones de ideas y argumentos. Lectura sabrosa para todos aquellos a los que no les dé apuro vivir a la intemperie, sin el refugio del consenso intelectual; y quieran aproximarse a una doctrina sobre los populismos.