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100. Impulsar un gran Plan Nacional de Cooperación Internacional con las naciones de la comunidad histórica hispana para la ordenación de las inversiones, ayuda a las empresas españolas, garantizar la seguridad jurídica en los países de acogida y ordenar el flujo
Hoy, el periódico ABC ha publicado una colección de fotografías sobre la situación real de Venezuela que pasará a la Historia del terror comunista. Dejo en esta entrada una de ellas. Mientras, en España, partidos socialistas, separatistas y comunistas siguen negándose a condenar definitivamente el narco-régimen dictatorial de Maduro, como también el de Cuba, y otras naciones hermanas de España.
No nos cansaremos de recordar que la Hispanidad es la mayor obra colectiva que jamás una Nación haya realizado. No sólo por su alcance en sí mismo – el Descubrimiento de un continente – sino porque es un modelo histórico. No se trató de una conquista. La propuesta histórica de España alcanzó todos los órdenes: político, económico, social, cultural y religioso. Los lazos sentimentales que nos unen a América son tan intensos porque la Hispanidad fue una obra colectiva de amor, y ese Amor pervive hoy en el corazón de millones de españoles, a pesar de que la izquierda y la prensa “progre”, colaborando con la campaña antiespañola de la Leyenda Negra, han intentando emponzoñar la memoria de los héroes españoles como Cortés, Pizarro, Cabeza de Vaca, y tantos otros.
Nadie puede vivir el patriotismo español, profundo, sincero, no meramente sensitivo y ramplón, sino un verdadero patriotismo, sin conocer, reconocer, comprender y amar los vínculos históricos, lingüísticos, sociales, culturales y espirituales que España tiene con con los países de Hispanomaerica. Y potenciarlos, crecerlos, mimarlos.
Hemos de sentir con dolor, el dolor de Venezuela, con rabia, el dolor de Cuba; con esperanza, el renacer que se advierte en algunas naciones hispanoamericanas. Pero el amor, que es fuego, debe avivarse, diariamente, y por ello es imperativo recuperar los lazos heridos, y fortalecer los que aún – que son mayoría – perviven. A todos los niveles.
España debe ejercer un papel directivo, un papel de liderazgo en la canalización de cualesquiera relaciones políticas, sociales, culturales y comerciales entre América y Europa; defender con los instrumentos legales y diplomáticos a nuestro alcance y potenciar la expansión de las iniciativas económicas y empresariales de los españoles en el nuevo continente, a través de las instituciones públicas existentes o de las que sea preciso constituir para la mejor defensa de los intereses nacionales.
El Estado, a través de la Agencia Española para la Cooperación y el Desarrollo, del Ministerio de Asuntos Exteriores y de la AGE en el exterior, o del instrumento que al efecto haya de crearse, deberá desarrollar un Plan Nacional de Cooperación Internacional que tendrá entre sus funciones no sólo proteger los intereses españoles en el extranjero sino coadyuvar a la seguridad jurídica en los países hermanos, fomentar inversiones en dichos países para crear las condiciones para su progreso económico y estabilidad política; y ordenar conforme a los intereses nacionales el flujo de inmigrantes que legalmente habrán de entrar y permanecer en territorio español.