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costes regulados, Electricidad, IVA, Jorge Buxadé, reducción
45. Menos impuestos y costes regulados en la factura de la luz, que son los culpables de que paguemos uno de los recibos más caros de Europa.
No requiere esta cuestión muchas explicaciones. Basta revisar un recibo de la electricidad de cualquier compañía para advertir que el mismo incluye un gran número de conceptos, que o bien son ajenos al consumo efectivo del cliente, tenga o no la condición de consumidor; y en todo caso, un régimen fiscal muy gravoso:
Como se puede advertir, más de la mitad de la factura eléctrica, en concreto un 66,47% de la factura, no corresponde al consumo eléctrico de personas, familias, empresas o incluso Administraciones. En realidad, el 21,92 % son impuestos (IVA e Impuesto sobre la Electricidad) y el 44,55% son los denominados costes regulados (incentivos a las energías renovables, cogeneración y residuos, costes de la red de transporte y distribución, y otros costes adicionales, incluida la anualidad del déficit). De estos costes regulados, más del 60% es puro «coste político» que se repercute injustamente al consumidor final; afectando directamente las economías familiares y al precio de los productos fabricados por la industria, perjudicando la competitividad.
No es posible mantener esta situación y de algún modo debe ponerse coto a la misma, modificando el sistema de cálculo del IVA (que se calcula incluyendo el Impuesto sobre la electricidad dentro de su Base imponible); reduciendo el tipo aplicable al 10% y eliminando el Impuesto sobre la Electricidad; reduciendo del mismo modo los llamados «costes regulados» de modo progresivo hasta la eliminación de todos aquellos que no estén directamente relacionados con el consumo y el coste de mantenimiento de la red.